jueves, 21 de marzo de 2013

Incoherencia, improvisación, desacierto y más epítetos negativos, siguen apodando al gobierno

Diputada Marielos Alfaro
Mi Curul (Núm. 75), 21  de Marzo  del 2013
Primero. Cuando nos aprestamos a escribir este editorial, una espesa columna de humo negro, informan los medios ,salía de la chimenea de la Capilla Sixtina en el Vaticano, indicando  al mundo y a las miles de personas reunidas en la plaza de San Pedro , que los cardenales reunidos en cónclave no habían  elegido todavía a un nuevo Papa. No había  fumata blanca.
Mientras los purpurados  tomaban esta importante decisión, al unísono, en nuestro país, una nueva encuesta (Unimer confeccionada entre el 24 de enero y el 4 de febrero), salía  a la luz pública y reiteradamente  el gobierno es descalificado por la población. Aquí la fumarola es negra y la fumata blanca, ni se asoma ni pareciera cercana.

La encuesta. La población urbana califica con más dureza a la presidenta que la rural  y la  opinión general sobre la mandataria no varió: 55% descalifica y 12% aprueba

Los ciudadanos entre los 30 y los 49 años de edad son los más críticos de la labor de la presidenta Laura Chinchilla. En este grupo, casi 6 de cada 10 opinan que la labor de la mandataria es mala o muy mala. Por áreas del país, los habitantes de sectores urbanos emiten más opiniones desfavorables que los de áreas rurales. En las ciudades, el 57% descalifica la labor presidencial y, en el campo, el 50%.
En general, la opinión de la ciudadanía sobre la gestión de Chinchilla no varió significativamente respecto a octubre. Se mantuvo en un 12% el grupo que aprueba la gestión y subió de un 53% a 55% el que la desaprueba. Los que la califican de regular son un 32%. Además, todavía un 93% dice que Chinchilla no controla la dirección del Gobierno. El grupo más duro con Chinchilla, la generación nacida entre 1964 y 1983, hoy representa el 35% de la población.
“Sobran ejemplos para decir que la presidenta no ha sido coherente con el eslogan “firme y honesta”, “a este Gobierno lo caracteriza la improvisación a partir de la escogencia del gabinete y hasta los instrumentos de control para evitar la corrupción, como en la construcción de la trocha fronteriza”, “abundan los desaciertos”, son las expresiones más comunes sobre el gobierno de Chinchilla.
Lamentablemente, todo esto es reiterativo a un grado tal que pareciera no importarle a nadie, no hay señales  que digan lo contrario, salvo las cortinas de humo que se fabrican cada vez que se dan a conocer estas valoraciones, lo cual nos lleva a seguirnos preguntando,  ¿adónde va señora presidenta, qué país está dejando, cuál es el juego, por qué tanta despreocupación, cuál es su legado a este país?
Le desilusión por la pésima gestión de la señora  presidente  es más que obvia. La corruptela llevada a cabo en la construcción de la trocha, lo propio de la nefasta administración y ejecución del empréstito BID_Catastro; no tienen parangón en la historia reciente. Justificar la construcción de una trocha, para detenernos solo en este caso, bajo el supuesto del mejor interés nacional y defensa de la soberanía nacional (para abrir una fuente de inmensa corrupción y riqueza de algunos) es lo peor que pudo pasar y peor aún, insistir en su continuación es pecar sobre advertido, entonces, no es de extrañar los hallazgos de Unimer.
Ultimo. Casi al final de estas líneas, me entero que ya hay Papa, y es latino ¡qué alegría!, fumata blanca, (nuntio vobis gaudium magnum).
Pero en nuestro país, de cara a un gobierno desgastado y sin respuestas, no hay ni líder ni gestión ni nada que celebrar, y la fumata continúa siendo negra. Y más negra cuando el ministro de Comunicación comenta que  “no tiene respuesta de por qué no mejora la imagen de la presidenta de la República”. Recemos como recién ha mencionado el nuevo vicario de Cristo, recemos mucho por nuestro país.
Mientras tanto en Costa Rica, como dice el pueblo “ni papa”, nada de nada.

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