Propuestas libertarias contra la corrupción
Cuando la corrupción y el abuso del poder
marcan el ritmo para algunas de las autoridades de una nación, las
consecuencias en el pueblo no se hacen esperar, los recursos se desvían, y se
le exige entonces más contribución a los ciudadanos, la calidad de los
servicios públicos va en detrimento y la frustración de la gente es general.
El costarricense se resiste cada vez más a
participar de manera activa en la sociedad, y pierde hasta el deseo de elegir o
ser electo.
El desaliento popular satura el ambiente.
Sólo con una tesis de cero tolerancia contra
la corrupción, creíble y fundamentada, podemos motivar algún acercamiento a las
urnas.
Las entidades, públicas y privadas deberán
desarrollar e implementar sistemas de gestión íntegra. Si esta política se
implementa, la identificación de focos de posibles actos corruptos será
posible.
Algunos de estos focos son:
a)
la
falta de transparencia en el manejo de fondos públicos,
b)
la
ejecución de contratos sin la adecuada supervisión;
c)
y
carteles de licitación hechos a la medida de potenciales oferentes y que
desestimulan la participación, así como contrataciones de bienes y servicios
innecesarios. Un Estado metido en áreas que no le corresponden, y lleno de tramitomanía
innecesaria para la obtención de autorizaciones y aprobaciones gubernamentales,
es territorio ideal para que se den actos ilícitos.
El Movimiento Libertario, hace años, desde
que su fracción unipersonal impulsó la Ley de Protección del Ciudadano Frente al
Exceso de Trámites, ha demostrado que no sólo ha denunciado la corrupción, sino
que también aprobó soluciones concretas para corregirla. Esto es importante
mencionarlo, ahora que está de moda aseverar que los partidos políticos ofrecen
promesas sin decir cómo alcanzarlas.
Otra política propuesta para luchar contra la
corrupción y el abuso del poder es la rendición de cuentas, pues también
exigiremos que quienes detenten el poder político actúen congruente con una
cultura de responsabilidad en cada uno de sus actos. No debe haber impunidad
para quien transgrede la normativa sobre probidad en la función pública. Nunca
hemos sido gobierno, y eso lo saben todos los costarricenses, pero a partir de
mayo del 2014 impulsaremos de manera real y efectiva la participación ciudadana
como mecanismo de control. Lo haremos a
través de organizaciones que velen por
la transparencia en la gestión pública y sus nexos con la privada.
Exigiremos que toda información relevante
relacionada con el manejo de fondos públicos, sea publicada en internet, por lo
que cualquier persona con acceso a este medio, podrá ejercer su rol de
fiscalización.
Tendremos como objetivo fundamental, la
eliminación de regulaciones innecesarias, pues ellas son fuente para que los
funcionarios “cobren peaje”, para gestionar las cosas más rápido, o para
obstruir los permisos o autorizaciones para alguien.
Apoyaremos la transformación del control en
la administración pública hacia un
modelo sustentado en el control posterior, en lugar de los controles previos.
Asimismo, apoyaremos a todas las contralorías
de servicios, tema en la que nuestra Fracción Libertaria, ya demostró que de
las ideas vamos a los hechos, a través de la recién aprobada Ley de
Contralorías. Su objetivo es crear un sistema nacional bien articulado, para garantizar el respeto
de los usuarios y promover las políticas de calidad en la prestación de los
servicios.
Costarricenses, contra la corrupción hay
mucho qué hacer, pero no podemos seguir postergando las acciones para combatirla.
Meditemos bien el voto el próximo 2 de
febrero.
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