4 OCTUBRE 2012
Marielos Alfaro Diputada PML por la PROVINCIA DE HEREDIA
Cuando el poder embriaga se pierde todo y muchos comienzan a sentirse impolutos, sin mancha ni baldón alguno y creen, gracias a una distorsión intencional del concepto, que nada les alcanza.
Los políticos deben ser impolutos y ejemplares, si no lo son, deben estar fuera y cuando bajo su sombra se protegen, con mayor razón. Una y otra vez se apela a la democracia y que representan al pueblo; pero cuando despilfarran o no denuncian a los derrochadores, cuando roban o no denuncian a los ladrones, cuando mal gestionan o no impiden que se haga, cuando sabedores no se anticipan a situaciones negativas, cuando no legislan adecuadamente, cuando están directa o indirectamente involucrados con la malversación, cuando son sospechosos o allegados a los mismos , cuando corrompen o son corrompidos, cuando recomiendan a sus “amigotes”; entonces utilizan los vacios legales para “zafarse” y los malos, sí los malos, siempre resultan ser los otros.
Cuando solo interesan su espacio de poder y sus privilegios, debemos responder con indignación, sobre todo, cuando nada pasa, porque entonces nada importa.
Políticos y sus colegas financieros y banqueros siguen como impolutos en su mundo perfecto. Recomienden a quien recomiendan, toquen a Dios con las manos sucias o no, hagan lo que hagan, saben que, al final, nada sucederá, nadie procederá en su contra.
Por eso da igual que malversen o dilapiden el dinero que hemos aportado entre todos y que debería invertirse en causas de mejor recibo: “nunca pasa nada”. Se lanzan millones de recursos públicos por la ventana, se inauguran infraestructuras absurdas, se sirven a sus anchas con cuanto proceso se presente, porque al final: nunca pasa nada. Ahí siguen, con sus corbatas impecables y sus aires de grandeza ante una sociedad que si bien no los tolera, su cabeza no actúa, no les pone coto, sino que, por el contrario, más bien los adopta y matricula en su propio parvulario, una red de cuido excepcional.
Por todo lo anterior, en el ejercicio del control político, he denunciando a todos estos protegidos, y continuaré profundizando, porque las lamentables situaciones continúan. Qué lástima que desde las alturas, no se censure a esa camarilla detestable, a los impolutos de hoy y sus graves actuaciones, por falta de consistencia y pudor. Pellizquémonos. Despertemos ante tanta tolerancia para que, parafraseando un poema alemán, luego no sea demasiado tarde.
«Primero se llevaron a los judíos,
pero como yo no era judío, no me importó.
Después se llevaron a los comunistas,
pero como yo no era comunista, tampoco me importó.
Luego se llevaron a los obreros,
pero como yo no era obrero, tampoco me importó.
Más tarde se llevaron a los intelectuales,
pero como yo no era intelectual, tampoco me importó.
Después siguieron con los curas,
pero como yo no era cura, tampoco me importó.
Ahora vienen por mí, pero es demasiado tarde»
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