DIPUTADA MARIELOS ALFARO :
Mi Curul (Núm. 60), 1 de noviembre del 2012
Retomando el tema del proyecto de ley del presupuesto para el año 2013, nos encontramos con que el mismo, a pesar de que el jerarca de Hacienda lo vendecomo “lo más balanceado posible”, al profundizar su análisis comprendemos realmente hacia dónde se inclina la balanza.
Cual espectáculo propio de la gran donación china, me encuentro que el mismo cumple con los entretelones de un show esperado de “lady” alguna, e incluye una especie de abrebocas. Sí, así de puntual, el presupuesto del Gobierno de la República para el año 2013, es telonero de la próxima campaña electoral y, tal cual, actúa antes de la contienda. Al igual que aquel, se presenta con el propósito de “calentar” a la audiencia, es “tráiler” de la próxima disputa electiva, avance más que identificado.
Una parte del presupuesto del otro año será una gran olla, dedicada a impulsar un tercer mandato del partido en el gobierno y mejorar la imagen tan decaída del gobernante. A continuación, datos de los gastos de publicidad programados para 2013 que aparecen en el proyecto de ley en cuestión:
- Se incrementarían en un 38%,
- El monto presupuestado en información subiría en un 69%,
- Ascenderán a ¢2 mil millones, un 23% más que hace dos años, las transferencias autorizadas a universidades, organizaciones y municipalidades.
Ni qué decir de estos gastos para mejorar la imagen del gobierno, del partido de turno y de la señora presidente, quien se encuentra en los niveles de popularidad más bajos desde que asumió las riendas del país en mayo de 2010. El nivel de desaprobación es de casi dos tercios de la población (público del show), mientras que tan solo un tercio considera que ha tenido una buena gestión, según lo revela una última encuesta, que a su vez es conteste con otras que se difundieron meses atrás.
Aumenta el monto de dinero que el gobierno destinará a comunicación, mismo que crece en información, transferencias y publicidad. Sumado a lo anterior, se ha anunciado la contratación de un actor más, a un costo de unos $300 mil, que asumirá el papel de consultor extranjero en comunicación. Y ¿quién asume el pago de estos gatos? La respuesta es fácil y sencilla, lo pagaremos entre todos, lo financiaremos usted, yo y resto del pueblo, mediante el pago de impuestos o más deuda.
Pero claro, mucho de lo anterior puede comprenderse si se considera que existen múltiples análisis de la publicidad y su impacto sobre los consumidores, que entre otros aspectos concluyen particularidades como las siguientes: numerosas empresas realizan importantes gastos / inversiones en publicidad y promociones tendientes a elevar la demanda de sus productos (votantes en este caso); desde el punto de vista del consumidor, los mensajes publicitarios o las acciones promocionales pueden generar un efecto mayor o menor sobre sus decisiones de consumo (votantes en este caso), etc.
¿Cómo puede concebirse que parte del presupuesto del Estado se destine para hacer piñata con los fondos públicos, para utilizarlos con fines políticos en publicidad, en programas para ganar adeptos, para mejorar imagen y sobre todo para perpetuarse en el poder? Simplemente como inmoral.
Seré celosa, muy celosa de estos rubros. Combatiré de frente el uso de fondos públicos para promover una campaña política, lo cual a todas luces es deleznable.
Exijo actuar en forma transparente, valorar los índices de pobreza del país, cuyo aumento es más que propio del actual (des)gobierno, así como atender las exigencias nacionales, entre las cuales se incluye, por si lo han olvidado, GOBERNAR.
Finalmente, no puedo evitar preguntarme una y otra vez aspectos como los siguientes: ¿quién nombró a los jerarcas de los bancos estatales, a esos que hoy acusa la señora presidente en otro abrebocas de campaña electoral? ¿Cuál es la imperiosa necesidad de gastar exorbitantes sumas de propaganda en favor del INA, durante horas preferentes, cuándo es la institución número uno, única, en su campo? ¿O no? ¿Por qué razón hasta ahora se percata del alto costo de los combustibles y las razones que generan dicha situación? ¿Dónde ha estado estos años la mandataria?
Por si acaso, bienvenida a Costa Rica, luego de su prolongado viaje de alrededor de dos años al país más feliz del mundo.
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