Mi Curul (Núm. 65), 6 de Diciembre del 2012 Diputada Marielos Alfaro Murillo
El mal estado de la infraestructura física del país, más que visible, dista mucho de reflejar una conducción acertada de la política país en esta materia. Llámese red vial nacional, puentes, etc., a ninguno le alcanza un buen diagnóstico y la enfermedad que les dictamina pareciera estar en fase terminal.
Concentrémonos en diagnóstico de los puentes. El solo hecho de reseñar algunos aspectos y casos basta para darnos cuenta que la situación es alarmante:
- El rezago del país en el mantenimiento de puentes alcanza ya 30 años.
- El bajo presupuesto para puentes no alcanza para atender dicho rezago.
- Ante un escenario en donde es más que claro que los puentes socavan la producción (80% de las exportaciones viajan a puerto por pasos descuidados) merecen más seriedad y atención.
- A nivel nacional la mayoría de los puentes de concreto se encuentran en estado crítico.
- Sobre los 1330 puentes de la red vial nacional se amontonan años de abandono y atraso.
- Los empresarios y la fuerza laboral son los perjudicados por la mala infraestructura vial en este contexto, quienes pagan con pérdidas económicas el descuido de las autoridades.
- El Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) y el Consejo Nacional de Vialidad (CONAVI) -responsables de ellos-, son entidades públicas sin el presupuesto y el personal necesario para atender las estructuras.
- Resulta casi imposible determinar ¿cuáles puentes están peor?
- La región central del país es la que más aporta a las exportaciones globales (durante el 2011 esta región exportó $7.894 millones). En esta región la “Ruta Nacional 1” está plagada de zonas francas y según la Promotora de Comercio Exterior (PROCOMER), las provincias de Heredia y Alajuela albergan el 64% de las zonas francas del país.
Las empresas instaladas en la región en cuestión, son el alma del motor productivo costarricense. Allí nacen el 52,4% de las exportaciones, unos $4.470 millones al tercer trimestre el 2011.
Sin embargo, pese a la pujanza de esta región zona, la misma presenta varios puentes que socavan el ánimo empresarial a cualquier inversionista, ya que muchos de ellos superaron, o están por superar, su vida útil.
- Por su deterioro visible y hasta escandaloso, el puente sobre el río Virilla, “la platina” en el odio colectivo, resulta de vital importancia para la zona más industrializada del país.
Según el CONAVI, por dicho puente transitan alrededor de 100.000 vehículos por día, que transportan a la mayoría de los más de 58.000 trabajadores de las empresas instaladas bajo el régimen de zonas francas.
Bajo dicho contexto, es incontable la pérdida de tiempo por los constantes fallos en la losa del este puente que tiene una estrecha relación con las exportaciones.
- Son conocidos los problemas de los puentes Juan Pablo II, con daños en su estructura de concreto; el paso elevado sobre la rotonda de la Hispanidad en Montes de Oca, con una losa debilitada; el paso elevado en el cruce de la empresa llantera Firestone y los puentes sobre el río Virilla a la altura de Santo Domingo de Heredia y La Uruca.
- La Región Huerta Atlántica no escapa al dramático estado de los puentes, el más importante, sobre el río Chirripó.
Por ese puente pasa el 97% de las exportaciones bananeras costarricenses y entre el 85 y el 90% de la carga total del país.
- La Región Huetar Norte, tampoco es ajena al problema en cuestión, ya que destaca negativamente el vetusto puente sobre el río Sucio, en Sarapiquí, Heredia.
- Esto puede considerarse como una desatención hacia un sector que, en lo que va del 2012, ha exportado $587 millones, un 6,8% de las ventas totales al exterior ($8.530 millones) registradas hasta el III trimestre.
- Las soluciones reiteradas han sido la instalación de puentes tipo Bailey, que representan atenciones temporales, pero no integrales y consolidadas como se requiere. Además, en múltiples zonas rurales, en contra de la ciencia y la técnica, este tipo de puentes pasan de ser supuestas soluciones temporales, a “soluciones” de tipo permanente, con los conocidos peligros e inconvenientes que ello acarrea.
La situación golpea dramáticamente. El peso del tiempo y del descuido estatal fractura las losas y falsean las bases de los puentes, mientras en los despachos del Gobierno y en algunos municipales, las soluciones duermen el sueño de los justos. Son conocidos los daños de la mayoría de ellos, más no las soluciones:
- Río Sucio: La estructura metálica colapsó durante el terremoto del 5 de setiembre del 2012.
- Virilla (“la platina”): La superficie de rodamiento se desmoronó. Requiere un abordaje integral de su subestructura.
- Juan Pablo II: Tiene la losa agrietada, desprendimientos del concreto y deterioro en sus bases, presenta deformaciones.
- Intersección “Firestone”: Paso superior presenta grietas y baches en la capa asfáltica y su altura inferior es insuficiente.
- Castella: El puente bailey no da abasto ante cantidad de tráfico. Es urgente la construcción de una solución permanente.
- Virilla Santo Domingo: Corrosión en estructura, deterioro acelerado de su superficie de rodamiento, fatiga por tránsito pesado.
Súmese a ellos, otros puentes que corren la misma suerte en casi todos los cantones de la provincia que represento, como es el caso de los puentes de San Rafael, Barva, Santo Domingo, Sarapiquí, por mencionar solo algunos cantones heredianos.
Si se desean ejemplos más concretos, el puente ubicado entre San Josecito y San Rafael tiene diez años de estar dañado y pese a su importancia, nadie ha realizado un claro y coherente esfuerzo para su arreglo. Los vecinos están cansados de luchar y luchar, pero -según ellos lo manifiestan- “nadie hace nada”. La estructura, además, no cuenta con señales de tránsito que indiquen que el puente en mal estado o situación parecida. Lo que fue una vía de dos carriles, ahora se convirtió en una sola.
Otro caso es el puente bailey de Paracito, Santo Domingo, que comunica con La Trinidad de Moravia. Este puente se falseó tiempo atrás, razón por la cual y fue cerrado por el CONAVI; mientras el proyecto de reparación para el puente de concreto a dos carriles, refrendado en2004, desde entonces hace trasbordo ahí mismo, de oficina en oficina.
Por otra parte, un puente en Barreal de Heredia, una de las arterias viales alternas más importantes de la provincia, tiene 110 años de antigüedad. Al momento que fue construido, la quebrada que lo traviesa era mucho menor al cauce actual, situación que pone en riesgo la estructura, que ante una precipitación o lluvia importante podría colapsar. Esta es la misma quebrada causante del hueco en la vía General Cañas; que fuera analizada para determinar los cambios en el comportamiento de los cauces. Y como estos, existen innumerables casos más.
En conclusión el estado de los puentes en este país sigue siendo malo y el MOPT no responde adecuadamente. Incluso, en un pasado reciente la Contraloría General de la República denunció que dicha institución no aprovecha el dinero que se le asigna, sea mucho o poco agrego, para la reparación de los mismos. Complementa el informe que igual sucede con muchos de los materiales ya comprados para las obras, que a fecha no han sido utilizados, permaneciendo a la intemperie y corriendo el riesgo de que con el tiempo ya no puedan utilizarse por su deterioro.
Como si lo anterior no fuera suficiente, el diagnóstico sobre el estado de los puentes elaborado hace algún tiempo por la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), ha permanecido sin la utilización adecuada. El panorama se agrava cuando la responsabilidad es de las municipalidades o compartida entre estas y otra institución, por ejemplo el caso de San Josecito en San Rafael de Heredia, con aquellos diez años de espera referidos, sin que a la fecha exista una solución definitiva.
Entonces el dictamen final resulta muy negativo, lo cual adiciona un padecimiento más, propio del “mal estado de la Nación” que nos alcanza
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