DIPUTADA MARIELOS ALFARO 21 FEBRERO 2013
Mi Curul (Núm. 71), 21 de Febrero del 2013
A propósito de la inesperada renuncia de Benedetto XVI, aprovecho lo que hoy se está preguntando el mundo para reformular esa misma interrogante, pero a lo interno de nuestra Patria ¿cuándo habrá humo blanco en el país? ¿Cuándo se comenzará a gobernar? Parafraseando la famosa frase del Vaticano “Habemus Papam”, también me pregunto ¿cuándo podremos también celebrar un esperado “Habemus Gubernare”?Lamentablemente, el tiempo discurre y transcurre sin que se asome, por ningún lado, la fumata blanca.
La palabra gobernar viene del latín “gubernare”, que en principio significa pilotar un barco. Y, agregó, pilotarlo con responsabilidad, porque antes que todo, gobernar es una responsabilidad, es el cumplimiento de una obligación frente a un ente jurídico político determinado: la Nación de un Estado Democrático.
El “gobernante” es responsable: política y jurídicamente, por sus decisiones y sus actos ante su propia Nación, y debe asumir íntegramente las consecuencias de Derecho que se deriven del ejercicio, de su “responsabilidad”, así como sus “costos políticos”.
Gobernar democráticamente es avanzar hacia objetivos legitimados por la soberanía popular, respetando el Estado de derecho y al ritmo que este permite. Se requiere autoridad y mucho sentido de la articulación de intereses diversos. Sin embargo, cuando no se tienen claramente definidos los objetivos de destino hacia los cuales se dirige el barco (la gestión de gobierno) y más bien se vive con la presunción que el barco va viento en popa y a todo vapor (se está gobernando bien), en lugar de lo evidente y contrario; el viaje se vuelve turbulento y oscuro, mientras cobra vida la irresponsabilidad que alcanza a los tripulantes, quienes a pesar de aquella creencia, la realidad les revierte el panorama y les ratifica lo inverso.
No es posible que al día de hoy, ¡hay tanto que así lo demuestra!, lo más palmario que posee el gobierno sea la deuda (falta de compromiso, desatención, irresponsabilidad, incumplimiento del deber, ausencia de rumbo, en fin, un pilotear deficiente) que se tiene con los gobernados.
Estando próxima la Semana Mayor, viene también a colación otra famosa expresión: ”¿Quo vadis, Domine?, que para el caso sería, ¿Quo vadis? .
No hay comentarios:
Publicar un comentario