lunes, 7 de octubre de 2013

Cuatro ejemplos de la continuidad del (des)gobierno

Diputada Marielos Alfaro Mi Curul (Núm. 102) 26 de Setiembre del 2013
1. Negociación con OAS será silenciosa! Así lo anuncia el gobierno. Me pregunto: ¿Cuál es la novedad? La constante de este “gobierno” ha sido el secretismo y la puerta cerrada dada la reacción ciudadana que le reclama a la señora presidenta su inacción política. De ahí que ya no sorprende lo anunciado por el Ministro de Planificación sobre ¿Cómo resolverán la problemática con la OAS? Pero el pueblo no esperará sentado a que solamente le informen al final de la negociación.  Las fuerzas vivas anuncian que estarán de pie siguiendo todo lo que ocurra en este caso.  Así es como debe ser!
2. Este (des)gobierno no aprende. La señora presidenta anuncia, no sabemos si con sus aliados del PAC, otro “paquetazo” de impuestos,  como quién dice para que no me olviden o más popularmente “para quien no quiere caldo dos tazas”.  Ahora dice el Ministro de Hacienda que “aprendieron de la experiencia anterior” y que en esta oportunidad si “conversaron con los diferentes sectores y actores para formular la propuesta”.  Me alegra, que alguien por fin acepte que el exministro Herrero presentó una propuesta mala y sin escuchar a los sectores y actores que pagamos los impuestos.
En efecto, la Presidente Chinchilla, en lugar de presentarnos su plan de trabajo para mejorar la recaudación de impuestos, atender las debilidades de Aduanas para que todos los productos que ingresan paguen la tasa impositiva que corresponde, promover la formalización de tantos empresarios que hoy por la carísima y compleja tramitología prefieren permanecer en la economía informal y mejorar la eficiencia del gasto a través de una reforma institucional urgente en este país, en lugar de eso, vuelve al tema de más impuestos.  Lamentablemente no quieren trabajar en lo que es más difícil de atender y prefieren arreglarlo cargando de impuestos al 50% de los costarricenses que los pagamos.
Doña Laura insiste que la última pelea de su Administración –como si no existieran temas más importantes en este momento– es una nueva reforma fiscal que, como ya vimos con su primer intento, no será otra cosa que un aumento de impuestos y vanas promesas para reducir el crecimiento del gasto público, pero no para disminuirlo en su totalidad.
Después del fracaso que el Ejecutivo se llevó con el mal llamado proyecto de Solidaridad Tributaria, al que de forma valiente y vehemente nos opusimos algunos Diputados, a pesar de presiones y amenazas, ahora insisten con otra iniciativa que, por lo que se desprende de lo dicho por el Ministro de Hacienda, será más de lo mismo: aumentar la tasa impositiva para descapitalizar al país, convertir el impuesto de ventas en impuesto al valor agregado, para elevarle los costos al consumidor y reducir su ya de por sí afectado poder adquisitivo, dejando desatendidas las necesidades de vivienda, vestido, alimentación y servicios, para saciar la voracidad fiscal de un Estado que se ha convertido en un verdadero agujero negro que succiona los recursos de toda la ciudadanía.
3. Pese al anuncio del (des)gobierno, los Ministerios, resalta la prensa nacional, no saben cómo manejarán el cambio de horarios por el cierre de la ruta de circunvalación. Por supuesto, si nadie coordina, nada funciona. Como dicen por ahí, otro disparo al aire, cual tiroloco que ahora correrán a ver como lo implementan. Como en casi todo lo relacionado con el gobierno, a esto también lo alcanza la imprevisión. Y me detengo, porque ello abre el espacio propicio para atender, como corresponde, una situación vial que no permite más “juegos de casita”.
El  caos vial originado en la “circunvalación”, entiéndanlo, por favor, se suma al que viene ocurriendo por obra del descuido, en todo ese sector. Tómese en serio  el problema del tránsito urbano,  busquen la solución, investiguen cómo  resolver el problema general. Entre otras cosas como escribió alguien recientemente, y lo endoso, no permitamos más  que los semáforos inteligentes se hagan los tontos.
Hay tanto por hacer que lo primero exigible es dejar de lado la prepotencia de las autoridades del ramo, quienes deben trascender de la “baileymania”, a identificar soluciones integrales y reales, quizás se les esté ofreciendo una oportunidad histórica a la administración, para que al menos concluyan con algún tema o proyecto positivo.
4. Ha trascendido en las últimas horas una nueva encuesta, de la empresa CID_ Gallup. En ella se identifica al presente gobierno como el más impopular de los últimos treinta años.
Demasiados desaciertos doña Laura, demasiada improvisación que solo aumenta los gastos de este gobierno en obras mal hechas.  Su Consejo de Gobierno también es deficiente y lo lamento, no por usted, sino por todos nosotros, los costarricenses que pagamos cada día el precio de sus errores y horrores.
Aquellos escritos que  apuntan a que la presidenta está mal asesorada, hoy ya no los creemos.  El sentir popular es: “déjense de cuentos”. Quien toma o debiera tomar la decisión final es ella, sólo ella y nadie más que ella. Ya es hora de dejar de culpar a otros ante la falta de capitán. No en vano administración alguna ha sido calificada tan baja como esta, monumento a la ausencia de mano firme.

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