domingo, 20 de octubre de 2013

MENOS IMPUESTOS PARA CREAR MÁS RIQUEZA


El Otro Milesio
En defensa del libre discurrir de los individuos

¡Increíblemente la situación económica se ve como prometedora! En un contexto de retracción de inversiones y exportaciones; con mayores conflictos entre la población, las cúpulas dirigentes de movimientos políticos locales, regionales y de específico ámbito económico frente a las autoridades. Con una postura cada vez más intervencionista por parte del Ejecutivo: Ley de Servicio Militar Obligatorio, normas relativas al consumo de productos considerados dañinos para la salud, obligatoriedad de afiliación a las empresas que manejan fondos de jubilación, incrementos en los requisitos para créditos y al mismo tiempo exoneraciones de los mismos a grupos específicos de la población, intervención en los precios de los hidrocarburos y del dólar, etc.
Sorprende, por decir lo menos, que se pretendan aplicar recetas keynesianas. castilla ministro
Sostener a estas alturas que el gasto público servirá para evitar que la economía se enfríe es lo mismo que decían los apristas entre 1985 – 1990. Sabemos las consecuencias que eso trae consigo. Los mayores recordaran que similares recetas se daban en los 60´s y 70´s, con el agravante que desencadenó una mayor fuga de capitales humanos y financieros.
Si deseamos atraer inversiones y fomentar las oriundas, solo se debe evitar crear barreras, distorsionando las reales demandas. Dejando a la población en libertad de decidir cuándo y cómo gastar su dinero. Se debe evitar obscurecer las señales que proporcionan las empresas bajo la libre competencia. Solo en competencia pueden afinarse los cálculos de costos y de inversión.
No se puede seguir fomentando burocracias corruptas y mafiosas (alcaldías, gobiernos regionales, dependencias del gobierno central, programas de apoyo) que solo entorpecen la inversión y la solución privada de las necesidades de la ciudadanía (el pueblo, ¡tan mentado!).
Es cierto que existen instancias del Estado necesarias para el buen funcionamiento del mercado. Esa instancia es la judicial. Ella sobre todas las demás facilita o entorpece la defensa de derechos de propiedad, sin lo cual toda transacción (negocios e inversiones, lo son) queda a merced de la arbitrariedad de los legisladores. De los emisores de normas de bajo nivel y minúsculo alcance de miras, pero de alta peligrosidad para el empoderamiento y el progreso de los habitantes del país.
Si se vienen tiempos difíciles la legislación laboral no debe ser obstáculo para la reformulación y reingenieria de los negocios, esta debe ser totalmente flexible. No se debe caer en el juego de los sindicatos que solo miran sus propios intereses y no el de los trabajadores en general (los no sindicalizados).
No se debe perseguir vía nuevos o mayores impuestos o aranceles a quienes generan riqueza en el país, a quienes brindan puestos de trabajo.
No se debe establecer arbitrariamente cuánto debe ganar un trabajador, eso solo lo puede determinar la evaluación del empleador y la intensidad de demanda del puesto de trabajo por parte del pretendiente.
Establecerlo estadísticamente a través de la media, es un total sinsentido. La especificidad de las labores y la diversidad de las mismas no se toman en cuenta a la hora de establecer los “salarios mínimos”. Son los empresarios del país quienes en primer lugar debieran rechazar dichas normas que solo encarecen el acceso al trabajo, que convierten en delito la oportunidad de trabajar en base a la capacidad de cada quien.
Los negocios serán afectados con mayores impuestos. A menos masa monetaria circulando entre las manos y voluntades de las personas, menos capacidad para invertir (cuidadosamente), para gastar (según las necesidades más valoradas por los sujetos), para ahorrar (generando bolsas de inversión). A más dinero en manos de los políticos, que como sabemos y la teoría económica y política han demostrado suficientemente, mayores incentivos para usos ineficientes y despilfarro de los recursos arrebatados a la población (por ejemplo: créditos del MEF a la Municipalidad de Lima hasta por 500 millones de soles).
Cita del diario oficial:
“Superávit fiscal
Por otro lado, destacó que el Perú registrará este año un superávit fiscal de 0.3% del Producto Bruto Interno (PBI) y que el gasto público, principalmente la inversión pública, contribuirá a sostener el crecimiento. En ese contexto, sostuvo que la expansión del gasto público necesita incrementar los ingresos fiscales permanentes, ampliando la base tributaria y disminuyendo los niveles de evasión y elusión fiscal.”
El Peruano

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