El día 19 del presente, un acto de solidaridad con los
jóvenes que valientemente protestan en las calles de Venezuela, auspiciado por
miembros de la juventud de los Partidos Liberación Nacional, Movimiento
Libertario y Unidad Social Cristiana, para el cual se solicitó el Salón de
Expresidentes de la Asamblea, fue hábilmente boicoteado por miembros de la
juventud chavista radicados en nuestro país.
Con el contubernio de fuerzas internas de
este parlamento, que permitieron el ingreso de una turba irrespetuosa y agresiva,
al mejor estilo de las barras deportivas, profanaron el recinto legislativo con
gritos, pancartas y provocaciones alevosas hacia los asistentes a este acto de
solidaridad pacifista, que con gran altura conducían nuestros jóvenes
participantes.
¿Cómo entraron? ¿Cómo se les permitió ese
atropello al a dignidad de esta Asamblea? ¿Cómo ciudadanos costarricenses y
extranjeros pueden ofender impunemente a Diputados y Diputadas que asistimos a
esa conferencia de prensa?
Y lo de mayor gravedad, ¿Cómo pudieron
permanecer más de media hora hostigando y saboteando un acto decente de
inofensivo, ante la vista gorda del personal de seguridad de esta Asamblea?
¿Qué fuerzas oscuras empiezan a moverse
desde ya, a raíz del giro izquierdizante que ha tomado nuestro país a partir
del día 2 de febrero?
¿Serán estos sucesos, presagio de negros
nubarrones que se ciernen sobre nuestra patria?
¿Será que un nuevo estilo de democracia
callejera podría dar inicio en Costa Rica, de triunfar fuerzas extremistas en
abril próximo?
¿Es que lo salones de este parlamento
pueden ser tomados por asalto por turbas desestabilizadoras de nuestra
democracia?
¿Podríamos acaso los costarricenses,
irrumpir en el parlamento venezolano y gritar consignas provocativas sin riesgo
de ser seriamente vapuleados?
No costarricenses, los actos irrespetuosos
y abusivos suscitados ayer por la tarde, deben ser investigados a profundidad,
porque el solo hecho de generar temor en dirigentes y Diputados, para
desmotivar futuras posiciones de sólido repudio al manejo de las circunstancias
actuales en otro país amigo, me produce enorme sensación de impotencia y
frustración.
Quiero dejar en actas la protesta formal
ante el Plenario, y solicito al Directorio tomar las acciones procedentes, ante
este bochornoso acto que vivimos con gran estupor y preocupación la tarde de
ayer.
Esta Diputada se ha caracterizado por el
respeto a las opiniones de otros sin importar su posición ideológica. Una
liberal como soy yo, jamás podría pretender la imposición de ideas por la
fuerza.
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