La sociedad costarricense se halla indefensa ante los graves hechos que la afectan. Algunos diputados han elevado su voz, pero el daño se sigue haciendo.
El paralelismo con el robo de tarjetas de créditos o la violación de la seguridad de las cuentas es innegable. El gobierno (en general) nos está endeudando a todos, sin nuestro consentimiento.
El paralelismo con el robo de tarjetas de créditos o la violación de la seguridad de las cuentas es innegable. El gobierno (en general) nos está endeudando a todos, sin nuestro consentimiento.
Las universidades públicas (los que se benefician con sus presupuestos) ven aumentados sus ingresos en más de 59 mil millones de colones, mientras que el resto de la población debe enfrentar una amenaza fiscal, una postración de la economía y un exceso de endeudamiento público.
Un presupuesto exagerado que además es deficitario en un 19% (aproximadamente un 6,6% del PIB) es una pésima señal. Es como si nos hubieran asaltado a todos.
La deuda pública ya asciende a más del 55% del PIB… y creciendo.
La Constitución Política ha sido reiteradamente irrespetada
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