miércoles, 1 de mayo de 2013

Del mutismo ante las críticas y la ética del proteccionismo

Mi Curul (Núm.80), 25  de Abril del 2013
La mudez y el silencio del Poder Ejecutivo, o como se le quiera llamar, no es tolerable ni mucho menos de recibo.
Como se viene reseñando en la prensa y en este espacio también, ante las consuetudinarias metidas de escarpines, no importa editorial, críticas en redes sociales, declaraciones varias de diversos sectores y ciudadanos u otros manifiestos, el trato que se brinda desde Casa Presidencial a los mismos es igual: callar, evadir, hacer caso omiso o cualquier sinónimo parecido. Y es que no sólo se guarda  silencio, sino que se ufanan de ello la señora presidente, el Ministro de la Presidencia, su alter ego el diz que Ministro de Comunicación y el resto del gabinete. La primera no preside, el otro ya no se ve y el tercero no comunica. Claro, este último no tiene nada que comunicar. Los demás, a la sombra, con caparazón  digno de exportación, disfrutan del cargo mientras notables hacen su trabajo.
Ante tal mutismo, resulta igual o más preocupante aún, que durante las pocas o limitadas ocasiones en que suelen reaparecer, los mensajes emitidos reflejan una severa falta de ecuanimidad, inteligencia emocional y humildad. En uno y otro actor esta situación se repite, solo para ejemplificar lo reseñado, tal como se ha difundido en días recientes por diversos medios de comunicación, resulta incomprensible cómo bajo el contexto actual, se reaparece  para externar frases como la siguiente: Laura Chinchilla sobre carretera San José-San Ramón “de momento sólo podemos seguir dando garantías de más parches sobre esa carretera”. Definitivamente existen una y mil formas de comunicar y la utilizada por el Poder Ejecutivo actual.
Menciona el Estado de la Nación que si algo caracteriza a este gobierno, además de la falta de honestidad manifiesta en diversos “procesos, trochas y concesiones” cuestionadas, es la reacción social, los paros, los bloqueos, las protestas, las huelgas, las manifestaciones y la protección maternal de todos sus actores, los cuales posan con sus aureolas de santidad, de funcionarios sin mácula y que responden a esa nueva ética hija de procesos enarbolada en esta administración, que conforme a su origen y en la práctica lo que hace es ejercerse cual tractatus de proteccionismo. Por cierto, las últimas declaraciones de la Presidenta sobre la suspensión de la concesión de la ruta San José – San Ramón, dejan más preguntas que respuestas, lo que evidencia que no salió a dar las explicaciones completas y claras, mucho menos tomó las medidas contra los responsables, que siguen estando en su red de cuido.
Final. La actitud de doña Laura raya en el solipsismo. No escucha el clamor de la ciudadanía, de los demás actores políticos, sean o no de su mismo partido. Simplemente no le importa lo que tengan que expresar, se encierra en su concha para sortear el vendaval y se despreocupa de los acontecimientos, relajándose con viajes y esperando el final de su mandato, para volver a sus actividades, pero ahora con pensión incluida.

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